¿POR QUÉ ES TAN FÁCIL LIBRARSE DE LOS CARGOS POR VIOLACIÓN?

     A pesar de las reformas policiales y judiciales, las víctimas de violación tienen una mínima posibilidad de ver a su violador entre rejas.
     Investigación de Julie Bindel.

     "Tuve que hacer frente a una violación", dice Jane Lewis, que fue atacada por un hombre hace dos años en la fiesta en la que se habían conocido, pero "me volví loca cuando supe que lo habían absuelto. Ahí empecé a fantasear con la idea de matarlo." Más tarde, se enteró de que lo habían acusado de violación anteriormente en cuatro ocasiones. Dos de ellas quedó libre sin cargos, y otras dos fue absuelto.
     Para el caso, podrían legalizar la violación. Con mujeres a las que se acusa a menudo de denunciar en falso, y culpando a las víctimas que han bebido alcohol de "ir buscando que las violaran", sorprende que el índice de encarcelados por cargos de violación sea tan alto como la cifra actual de 5%.
     Hay violaciones todos los días. Un informe publicado ayer por la Fiscalía de la Corona Británica (CPS) y el cuerpo de inspectores, estima que, de las 50.000 violaciones que ocurren cada año, entre el 75% y el 95% nunca se denuncian. Y casi la tercera parte de los casos en los que la policía no encuentra indicios de criminalidad, deberían haberse investigado desde el principio como violación. 
     Si un hombre comete una violación tiene, de media, menos de un 1% de posibilidades de acabar en la cárcel. Los más propensos a acabar en prisión son los clásicos violadores de desconocidas, normalmente un tipo con cuchillo que se cuela en la casa de la víctima o la arrastra hasta detrás de unos arbustos.
     Elizabeth Harrison es la directora de Whitechapel Haven, uno de los tres centros de Londres que provee atención 24 horas a quien haya sido violada o atacada recientemente. Sabe muy bien que, si la víctima ha bebido, normalmente no la creen. "Resulta que a veces nuestros médicos nos dicen que la víctima no estaba lo bastante despierta para aceptar el reconocimiento médico," dice Harrison, "pero el tribunal dice que no estaba lo bastante borracha para no poder consentir tener sexo."
     He asistido a numerosos juicios por violación. En uno de ellos, la víctima había conocido a un hombre en la parada del autobús a las 2 de la mañana, tras haber pasado la noche con sus amigos. Hablaron unos minutos antes de acabar teniendo sexo anal y oral en un césped cercano. Ella dijo que había sido violación. Él, que ella lo estaba deseando. La víctima reconoció que se había tomado seis chupitos. El jurado absolvió al hombre.
     Parece que el alcohol se ha convertido en la nueva minifalda. En la mayoría de casos que acaban en absolución, la víctima había estado bebiendo antes de la violación. Y a pesar de las modificacione en la legislación durante los últimos 30 años, la tasa de encarcelados por violación está cayendo en picado. ¿Cómo puede ser?
     Nicole Westmarland, presidenta de la Rape Crisis Federation, cree que el principal obstáculo para encarcelar a los violadores son los estereotipos que existen sobre la violación. "Los responsables de la justicia creen que todo está cubierto en el proceso y la legislación," dice,"y estamos ahora en un punto muy peligroso, en el que puede que empiecen a tomar medidas tales como la justicia restaurativa, o bajar la categoría delictiva de la violación por un conocido y diferenciarla de lo que vemos como violación 'real', la que lleva a cabo un desconocido en un callejón."
     "Todo el mundo sabe que las violaciones son algo común," dice Harrison, "pero mucha gente, -incluyendo los miembros del jurado- se protegen a sí mismos pensando 'yo me habría peleado con él' o 'los hombres que yo conozco no harían algo así'. Si admites que no puedes evitar que te pueda ocurrir a ti, o que el hombre tan agradable con el que trabajas pueda llegar a hacerlo, entonces es cuando empiezas a tener miedo."
     La Fiscalía solo lleva un caso a juicio si hay "una posibilidad razonable de que sea encarcelado." Esto quiere decir que los casos que coinciden con el estereotipo del desconocido que viola a una mujer, tienen preferencia sobre aquellos casos de violación a una conocida. Aun así, a menudo las mujeres cuentan que ser violada por alguien a quien amas y en quien confías duele más que ser atacada por un hombre al que no vas a volver a ver nunca.
     "Si los casos que parecen difíciles de ganar no llegan a juicio, el jurado nunca tendrá la oportunidad de aprender sobre ellos," dice Hamish Brown, un policía retirado experto en violencia sexual. A pesar de esto, Brown admite que los casos en los que se trata de "la palabra de la víctima contra la del violador" él normalmente decidiría no presentar cargos. "Si hay muchas cosas que luego la defensa pueda utilizar en su contra, como el hecho de que ella llevara condones, es muy improbable que lo declaren culpable."
     ¿Qué es lo que está mal? La policía se encarga de los casos de violación en un ambiente de desconfianza. A pesar de la gran cantidad de felicitaciones a la policía por parte de las feministas, por haber mejorado el protocolo de actuación con las víctimas desde los años 70 y 80, la respuesta ante un caso de violación sigue siendo un poco dispersa y, en ocasiones, inaceptable. Un documental de Channel 4, emitido el año pasado, mostraba cómo algunos policías se tomaban a la ligera las denuncias por violación interpuestas por las prostitutas, y eran sexistas y vagos.
     Dave Gee, vicepresidente del grupo de trabajo de la Asociación de Oficiales de Policía, admite que, mientras que algunos cuerpos de seguridad han dado pasos de gigante en la mejora de la atención a la víctima de violación y la investigación, otros no se han movido lo más mínimo. "Seguimos teniendo problemas con algunas actitudes policiales ante la violación," dice Gee, "porque los oficiales de policía pueden asumir los estereotipos que existen sobre la violación."
     Se han extendido mucho las acusaciones de denuncia falsa, por medio de la sociedad y de la prensa, y aun así, a día de hoy se sabe que la tasa de denuncias falsas por violación no es más alta que las denuncias por cualquier otro crimen, alrededor de un 3%, aunque los policías interrogados para este mismo informe estimaban que eran falsas alrededor del 23%. Un académico que ha escrito sobre denuncias falsas, dice que sus estudiantes creen que la mitad de ellas lo son.
     Hay muchas voces que se alzan pidiendo un castigo para las mujeres que mientan sobre una violación, muchas más que las que piden justicia para los miles de víctimas de violación que no llegan a ver a su violador entre rejas. El año pasado, un laborista, Lord Campbell-Savours, utilizó su privilegio como parlamentario para decir el nombre de una de las mujeres en un debate sobre la legislación contra la violación, llamándola 'mentirosa en serie' después de que un hombre que había sido declarado culpable de violación consiguiera que le revocaran la condena. La mujer no admitió que hubiera denunciado en falso ni fue acusada oficialmente. Muchos periódicos siguieron la línea de Campbell, dando la impresión de que la violación es un simple producto de la imaginación de la mujer.
     Algunas mujeres que denuncian violación pueden acabar siendo juzgadas. El año pasado, una adolescente que denunció haber sido violada por tres hombres en un parque, fue advertida por la policía de estar interrumpiendo el curso de la justicia cuando uno de los acusados mostró un vídeo en el que se ve a la mujer teniendo sexo con uno de los hombres. "Eso no demuestra nada," me dijo, "solo que estaban grabando la violación para hacer porno." La policía retiró la advertencia después de que la víctima objetara contra la misma.
     Las alegaciones previas también pueden influir en que la policía o el jurado decidan si la denunciante miente o no. Las terribles consecuencias de esto son que, si una mujer es violada más de una vez y denuncia, es más posible que no la crean. Si la policía o el jurado decide que la demandante ha mentido, se podrán publicar sus nombres, e incluso se está pidiendo que se las incluya en un banco de ADN para futuros casos de violación. 
     Algunas mujeres que denuncian una violación se enfrentan a graves penas en el juzgado. Lucy Green es una de las mujeres que han sido denunciadas por difamación en la pasada década después de que el hombre al que denunció no fuera declarado culpable ni absuelto. "De repente estaba en un juicio como acusada, no como víctima de una violación. Tenía tanto miedo que me oriné encima varias veces durante los interrogatorios."
     El jurado estaba muy dividido y no hubo una decisión por mayoría. "Si hubiera ganado me habrían obligado a pedir disculpas públicamente y a pagarle por violarme."
     No solo las mujeres que denuncian son vistas como unas mentirosas; parece que, una vez que te vuelves sexualmente activa, ya no se te permite decir 'no' en las ocasiones posteriores. A pesar de que la ley estableció en 1999 que los abogados de la defensa no podían airear la vida sexual de la víctima durante el juicio, a menudo los jueces hacen la vista gorda. Yo misma he visto cómo los abogados defensores bombardean a la víctima con preguntas sobre su actividad sexual y a los jueces y fiscales no hacer nada para detenerlos.
     Para todas aquellas mujeres que no consiguen justicia, el único camino que queda es solicitar una compensación por lesiones. Judith Scott fue violada a punta de navaja en 1983, y tres años más tarde identificó a su violador en una rueda de reconocimiento. Pero el procedimiento era arriesgado y lo dejaron en libertad. Finalmente fue detenido, diez años después, cuando el famoso "violador del tren", John Duffy, lo reconociera como su compañero. Para entonces, Mulcahy había violado a, al menos, 12 mujeres, y matado a tres. Tras haber luchado durante años contra el trauma resultante de la violación, Judith acudió al juicio, a pesar de que la fiscalía decidió no acusarlo de la violación a Judith. "Quise hacerlo, a modo de poder pasar página, y, obviamente, ver todo el juicio fue muy, muy difícil para mí," dijo Scott.
     Tras la detención de Mulcahy, la policía recomendó a Judith que solicitara compensación, y cuando fue examinada por un psiquiatra, este determinó que 'había creado su propio trauma' por asistir al juicio. El juez que se encargaba de la compensación, que recomendó que no le pagaran nada por trauma ni por pérdida de ingresos (en el momento de la violación era aspirante a bailarina), le preguntó "por qué había vuelto a por más".
"Todo el juicio parecía ser otra representación de la violación, con hombres ejerciendo su poder sobre mí."
     Aunque el límite de compensación en el momento de la violación era de 7.500 libras, (recientemente ha aumentado hasta las 11.000), algunos hombres que denunciaron haber sido acusados en falso consiguieron sumas muchísimo más altas. Ser acusado de violación parece ser más serio que ser violada, aunque los estudios demuestren que el nivel de estrés postraumático en una víctima de violación es más alto que entre los veteranos de guerra.
     ¿Qué hacer ante esto? Harrison dice que no sirven de nada las campañas del gobierno dirigidas a hombres advirtiendo de que acabarán en la cárcel si violan. "Estos hombres saben que la posibilidad de que los juzguen, y mucho menos que los encarcelen, es mínima," dice. La policía, la fiscalía y algunass organizaciones están de acuerdo en que es necesario hacer cambios dentro y fuera del juzgado, como programas para desmitificar la violación. "Es responsabilidad del gobierno educar a los posibles miembros de un jurado para que aprendan que toda violación es real," dice Lewis, " porque, en este momento, la mayoría de violadores sabe que es muy difícil que sean castigados legalmente."
     En 1998, un titular del periódico local de Grimsby decía: "un hombre se enfrenta a cargos por violación". Había arrastrado a una niña de 15 años a un callejçon y la había violado. Ese hombre era Ian Huntley. La fiscalía decidió no seguir con el caso. En aquel momento, no se le consideraba peligroso, igual que la mayoría de los violadores que tienen la oportunidad de librarse.
    Una víctima de violación, la escritora feminista Andrea Dworkin, dijo una vez que las mujeres y los niños no están protegidos, puesto que 'los hombres que violan una vez, vuelven y vuelven a violar', y tendrían que tomar la justicia por su mano. "Las mujeres deberían poder llevar pistola y usarla en su defensa," dijo. Si las mujeres siguen sin conseguir que se haga justicia, habrá muchas que piensen como ella.

He cambiado algunos nombres para este artículo.

Traductora: Marina Liñán

Escrito por Julie Bindel, publicado en The Guardian, el 1 de febrero de 2007

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