CULPA AL VIOLADOR, NO A LA VÍCTIMA

¿Por qué aún hay tantas mujeres que creen que las víctimas de una violación se lo han buscado?

     "Siempre culpé a las víctimas por irlo buscando" dice Linda, "hasta que me violaron a mí.". La directora de cine pensó que sabía qué pinta tiene un violador. Pero el que la violó no tenía nada que ver con esa imagen, y la violó analmente. "Ese hombre era mi novio, y le quería, así que no, no encajaba en la idea que yo tenía de un violador".
     La forma de pensar de Linda no es poco común, según una nueva encuesta, Wake Up to Rape, llevada a cabo por la Policía Metropolitana en Londres. Sondearon a 1.000 londinenses, y concluyeron que una de cada 10 personas cree que las denuncias por violación son falsas, y más de la mitad de las mujeres que contestaron creen que, en algunos casos, la víctima tuvo la culpa. Si había tenido sexo anteriormente con el violador, el 40% opinaba que la mujer era responsable. Casi el 20% también las considera culpables si la víctima había ido a casa del violador.
     Es una actitud que Linda, de 30 años, entiende. "Yo fui a su casa", dice, "tal como hacía siempre que salíamos de fiesta. Había estado bebiendo, y me había acostado con él muchas veces. Ese es justamente el tipo de mujer que yo antes pensaba que se lo había buscado. ¿No es una locura?".
     Elizabeth Harrison, directora de la Whitechapel Haven de Londres, dijo que los resultados la sorprendieron mucho. "Nos extrañó el número de mujeres en particular que piensan que las víctimas de una violación también son responsables de lo ocurrido", dijo. "Estas conclusiones servirían como argumento para vetar a los miembros de un jurado. Nuestra encuesta concluye que, estadísticamente hablando, la mayoría de miembros de un jurado ya están en contra de la víctima de una violación antes de oír ninguna prueba o testimonio".
     A primera vista, otro estudio publicado esta semana, que investigaba los "secretos de la sala de un jurado" parece contradecir a Harrison. Este estudió llegó a la conclusión de que los jurados culpan más veces de las que absuelven en casos de violación. Pero suelen ser casos cometidos por extraños, o en los que la víctima tiene claras lesiones físicas, no aquellos en los que el violador es la pareja o un conocido. 
     Pero ¿por qué hay tantas mujeres que culpan a las víctimas? La doctora Roxanne Agnew-Davies, psicóloga clínica y experta en consecuencias de la violencia sexual, dice que puede ser para asegurarse a sí mismas que a ellas no les va a pasar lo mismo. Y, dice, no es sorprendente que muchas víctimas también se culpen a sí mismas. "(Las mujeres del jurado" pueden mirar a la mujer que se encuentra en el estrado y decidir si ha hecho algo "malo" como flirtear, o tomar algo con el acusado. Así, se convencen a sí mismas de que no van a ser violadas si no se comportan de esa forma."
     Hoy día, el alcohol es un factor importante a la hora de culpar a las mujeres y exculpar a los hombres, así como antes lo era la minifalda. El 20% de las participantes en la encuesta dijeron que no denunciarían que las habían violado si hubieran bebido demasiado. Casi el mismo porcentaje dijo que no denunciaría si hubieran estado flirteando. Una cuarta parte de las mujeres y casi la tercera parte de lo hombres no consideran que, cuando un hombre fuerza a su pareja a tener sexo, sea violación.
     "Estoy segura de que si le pregunto a los hombres: ¿has violado alguna vez a alguien? la mayoría me diría que por supuesto que no", dice Harrison. "Por eso no se entiende que estar demasiado borracha para consentir sea violación. Como sociedad, casi nos educan para creer que está bien emborrachar a alguien con idea de tener sexo con ella después. Lo más preocupante es que muchas mujeres también lo crean". Sin embargo, los hombres que se disponen a violar a una mujer casi en coma saben que, si se dirigen a una mujer muy borracha, preferiblemente que haya estado mostrando su grado de embriaguez en las cámaras de un bar, ya tienen parte de la defensa hecha.
     En una época en la que las jóvenes beben más que nunca, y los medios nos saturan mostrando imágenes de mujeres semidesnudas de fiesta, enseñando su ropa interior mientras vomitan en la calle, sería fácil que las mujeres se autoconvenzan de que, si dejan de beber, no serán violadas. Pero no es tan sencillo, dice Agnew-Davies. "Es más fácil y más seguro echar la culpa a las acciones de la víctima que admitir que hay un buen número de hombres que eligen deliberadamente cometer una violación".
     Este año se ha publicado la mayor encuesta sobre violaciones llevada a cabo en Reino Unido. Conducida por un lobby feminista y un grupo representativo de la Campaña para Acabar con la Violación (CER), todas las encuestadas eran mujeres a las que se les preguntó sobre su propia experiencia con la violación, el acceso a los servicios adecuados y lo que se debería hacer para mejorar el proceso de denuncia. El estudio muestra cómo la forma en la que el sistema judicial trata a las mujeres- bien no las creen o las tratan como sospechosas- hace que otras mujeres las traten de la misma manera. El hecho de que tantos hombres tachen a las víctimas de una violación de mentirosas ha hecho mella en las mujeres.
     Dado que las encuestadas no eran aleatorias, el estudio arroja algunos resultados escalofriantes. El 40% respondieron que habían sufrido una violación, la mayoría por hombres que conocían. Solo 42 de las 123 que denunciaron terminó en juicio. En un estudio ya conocido sobre 1.007 mujeres, publicado por Kate Painter en 1991, solo la cuarta parte dijo que las habían violado o lo habían intentado. "Las mujeres se sienten ahora más valientes para denunciar", dijo Kate Cook, fundadora de CER, "gracias a las campañas feministas para estigmatizar y avergonzar a los violadores y no a las mujeres a las que les ocurre".
     Marcie fue una de las 1.500 encuestadas por CER que, después de que la violaran, lo denunció ante la policía. Hace dos años, cuando tenía 19, la atacaron a la salida de una discoteca. "Huí de él en cuanto pude y paré un taxi. Le dije al taxista lo que me había pasado pero dijo que no quería verse involucrado y rechazó llevarme, me bajó al final de la calle". 
     Marcie escribió que le habría gustado ser "tratada como la persona de la que habían abusado y no como la que había hecho algo malo. El doctor que me examinó se comportaba como si tuviera algo mejor que hacer, y tuve que hacer 5 declaraciones ante 5 personas distintas. 
     "La Fiscalía dijo que no había suficientes evidencias para ir a juicio, ya que yo había bebido y no tenía lesiones físicas. No me creyeron, y las víctimas necesitan que las crean, de lo contrario no cambiará nada."
     A pesar de esto, finalmente el caso fue a juicio, aunque tardó 8 meses. En ese tiempo, Marcia trató de reconstruir su vida y el juicio "reabrió las heridas".
     El día del juicio nadie le presentó a los abogados de la defensa, y acabó estando confusa y dudosa ante los interrogatorios. "El juez permitió que la defensa me bombardeara con preguntas repetitivas," dice Marcie, "y desde donde yo estaba veía a los familiares y amigos del acusado sonriendo y enseñándole el pulgar".
     La defensa acusó a Marcie de salir mucho de fiesta para una persona de su edad, y que una vez había dicho a sus amigas durante una noche de fiesta que estaba loca, así que por tanto era "inestable".
     "Fue horrible tener que contestar a las preguntas sobre la violación, y enfrentarme a toda la mierda que se decía sobre mí cuando tenía al violador delante", dijo. "Es lo más duro que he tenido que hacer nunca".
     Tras cuatro días de juicio, su atacante fue considerado culpable y sentenciado a cuatro años de cárcel. "No me arrepiento de haberlo llevado a juicio" dice Marcie, "lo volvería a hacer. Pero el sistema tiene que mejorar o no muchas harán lo mismo que yo".
     No es raro que las mujeres se culpen unas a otras, dice Cook, porque hemos sido educadas para culparnos a nosotras mismas.
     Agnew-Davies está de acuerdo con esto, y dice que este enfoque obsesivo en la víctima hace que se invisibilice al violador. "Para las mujeres es mucho más fácil vivir con la idea de que podemos evitar que nos violen que vivir pensando que es imprevisible, o aceptar que es mucho más posible que nos viole un conocido a un extraño". 

*Algunos nombres han sido cambiados para el artículo

Traductora: Marina Liñán

Escrito por Julie Bindel, publicado en The Guardian el 19 de febrero de 2010.

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