UNA EXACTRIZ PORNO CUENTA DETALLES DE LA INDUSTRIA (y II)
(Este es un post de Shelley Lubben. Shelley, una exactriz porno, es la presidenta y fundadora de Pink Cross. A través de esta fundación, Shelley trata de llegar a las trabajadoras de la industria, ofreciendo apoyo emocional, económico y transicional a quienes quieran dejar el porno. También ayuda a quienes tienen problemas con la industria y a las víctimas de la pornografía. Su intención es compartir la verdad sobre el porno y exponer el lado oscuro del mismo.)
Como dije en el artículo anterior, Chatswoth, California, produce el 85% del porno mundial. Las agencias de actrices más conocidas están situadas en Chatsworth o alrededores. La mayoría de actrices van o son llevadas allí para trabajar en la industria. Los actores más famosos también viajan a Chatsworth para trabajar. Todas las compañías importantes y las más pequeñas están basadas allí.
La industria porno de California es destructiva, abusiva, está infestada de drogas y enfermedades que causan graves efectos secundarios en las actrices y los actores, y también en el público en general.
Abuso de drogas
Otro efecto secundario de la industria del porno es la exposición y adicción a las drogas. La actriz Erin Moore admite: "las drogas que más usábamos eran éxtasis, cocaína, marihuana, Xanax, Valium, Vicodina y alcohol". Tanya Burleson, anteriormente conocida como Jersey Jaxin, dice: "los tíos te dan puñetazos en la cara. Te destrozan. Casi se te salen las tripas. No se acaba nunca. Te ven como a un objeto, y no como a una persona. Nos enganchamos a las drogas porque es la única forma de soportar cómo nos tratan".
Un actor porno contaba en su blog, el 28 de enero de 2008: "las drogas son un problema gravísimo en mi trabajo. Cualquiera que diga lo contrario, miente. No te puedo decir cuántas chicas han desaparecido de la industria por sus problemas con las drogas. Es muy triste, y ver caer a algunas de ellas me duele más que otras. Pero creo que todos estamos de acuerdo en que la gran mayoría de adictos no se recupera, a menos que tengan ayuda profesional. He visto todo tipo de drogas en los rodajes, en fiestas, en coches, por todas partes. Si tuviera que pensarlo, diría que el 90% de la industria del porno consume marihuana (actrices y actores, directores, equipo, agentes, conductores, oficinistas, etc.). He estado en el set con una actriz que se desmayó en una escena de sexo conmigo (abusaba de la Oxycontina). Hace poco, una chica sufrió una sobredosis de GHB (una droga recreativa que no mezcla bien con alcohol) en un rodaje. He visto a una actriz ganar un prestigioso premio AVN, no acudir a recogerlo, y después caer en las garras de la droga, lo que le hizo perder alrededor de 20 kilos y desaparecer de la faz de La Tierra. ¿Por qué está tan extendido el uso de drogas en este negocio? A ver, vamos a pensarlo. Lo primero, recordemos que la industria está plagada de chicas de entre 18 y 21 años. La mayoría de ellas no tiene ni el graduado. A eso se añade que muchas entran en la industria porque no tienen dinero, y tienen trabajos basura. Así que tenemos a un puñado de chicas jóvenes, sin educación, y poco dinero, metiéndose en el porno. Una vez en el negocio, pueden ganar unos diez mil dólares al mes por trabajar cinco horas al día durante 10 o 15 días al mes. Aquí hay depredadores que huelen a las chicas como tiburones. Jóvenes, no cualificadas, con mucho dinero, mucho tiempo libre, y poca supervisión. Es una ecuación terrible (a menos que seas camello, por supuesto)".
Abuso verbal y físico
Además de la adicción a las drogas, el abuso y la degradación campan a sus anchas en el porno. En un estudio, el 100% de las strippers reportaron haber sufrido algún tipo de abuso verbal o físico en el trabajo. El abuso verbal es el más común y afecta al 91% de strippers. Las insultan a diario, y aparte de eso, todas han sufrido algún tipo de abuso físico en el trabajo. A pesar de que es ilegal tocar a una stripper, el 88% dice que algún cliente le ha cogido el brazo, el 73% cuenta que le han agarrado un pecho, y el 88% que le han tocado el culo. Los clientes a menudo asaltan a las mujeres. El 21% le han tirado del pelo, al 58% las han pellizcado, al 24% les han dado una bofetada, y el 36% han recibido algún mordisco. Muchas veces las insultan a las puertas del club, delante de los porteros de seguridad y de otros miembros de la audiencia.
La exactriz Alex Devine comparte su violenta experiencia y cuenta: "Donkey Punch fue la escena más brutal, deprimente y terrorífica que he hecho nunca. He intentado borrarla de mi memoria, debido al grave abuso que sufrí durante el rodaje. El tío, Steve French, tiene un odio natural hacia las mujeres, en el sentido de que SIEMPRE se le ha conocido por ser mucho más bruto de lo necesario. Accedí a hacer la escena porque pensé que no me iba a pegar tanto. Si os fijáis, lleva puesto un anillo de oro macizo todo el rato, y me pegaba con él. Tuve que parar la escena a la mitad, porque me dolía muchísimo".
Hay una gran insistencia en conseguir porno cada vez más duro, más sádico, con bofetones, tirones de pelo, escupitajos y escenas extremadamente abusivas. En una película, el hombre obliga a la mujer a meter la cabeza en el váter en la escena final, una técnica que parece ayudarle a llegar al orgasmo.
El porno y las leyes del estado
En California, todos los empresarios están obligados a ofrecer un ambiente laboral seguro a sus empleados. El 1973, se aprobó el Acta de Salud y Seguridad de California, que aseguraba la seguridad y la salud de las trabajadoras y trabajadores de California, reforzando las medidas establecidas, asistiendo a los trabajadores y animándolos a mantener dichas condiciones, y ofreciéndoles información, educación, entrenamiento y refuerzo en el campo de la seguridad y la salud ocupacional.
Los empresarios del porno están obligados a procurar un ambiente laboral sano y seguro para sus empleados y a pagar los costes médicos, y no ocurre así en las productoras. Lo que ocurre habitualmente es que los productores ignoran la ley por completo, lo que provoca graves efectos secundarios en los trabajadores, sometiéndolos a abusos físicos y emocionales, degradación, violencia, drogas, enfermedades de transmisión sexual e inducción a la prostitución. Esta es la actitud standard de la industria en California: cualquiera que te diga lo contrario miente, y no valora la vida humana, sino que la destruye por su codicia y ambición.
Traductora: Marina Liñán
Publicado el 29 de octubre de 2008, en covenenteyes.com
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