TRANS: UN PROBLEMA SERIO

     Esta semana, en dos días distintos, miembros del Partido Laborista han mencionado mi nombre cuando los entrevistaban en diferentes medios británicos. Primero fue Jeremy Corbin, durante una entrevista en el programa de televisión de Andrew Marr el pasado domingo, y dos días después Harriet Harman mencionó mi nombre y habló de lo crítica que soy con una joven trans que representa a las mujeres en el partido laborista. En el caso de Jeremy, dijo que le gustaría hablar conmigo sobre el rol de las mujeres trans dentro del partido. Ya os podéis imaginar mi sorpresa cuando hablaron de mí en canales de radio y televisión nacionales, pero ahora, algunos días después, y tras haber llamado varias veces a la oficina de Corbin y no recibir respuesta a mis mensajes, me siento un poco utilizada, como una 'reverse beard'. Este término se utilizaba para definir a las mujeres que acompañaban a los hombres homosexuales a ciertos eventos, para que parecieran hetero. En este caso concreto, me etiquetan como esa lesbiana que, casualmente, es crítica con el movimiento que refuerza el concepto opresivo de 'género'.
     He sido lo bastante valiente como para argumentar y justificar mi posición política sobre el género, lo que ha tenido como resultado numerosos ataques de mujeres trans que, como personas que antes eran designadas hombres, creen que tienen todo el derecho a decirle a las mujeres lo que tienen que hacer. Me ofende particularmente que me llamen mujer 'cis' para enfatizar en el hecho de que no somos mujeres trans. Esto, para mí, es el equivalente a ser llamada 'persona no blanca' y, personalmente, no me voy a quedar callada ante el insulto que esto supone para todas las mujeres reconocidas como tal desde su nacimiento.
     Lo que me ofende sobre las políticas de género es que se opone totalmente a las políticas de sexo. Las mujeres trans defienden que, cambiando su cuerpo, se convierten en mujeres completas. Esto no cambia el hecho de que durante toda su vida han disfrutado de los privilegios masculinos que tuvieron nada más nacer, tanto si les gustaba como si no, y tanto si lo pidieron como si no. La cultura masculina en el Reino Unido (y solo hablo de culturas con las que estoy familiarizada) sigue privilegiando a los chicos y a los hombres. Está totalmente admitido que esta cultura es opresiva, la solución es cambiarla.
     Nosotras, las feministas, siempre hemos intentado cambiar la cultura de inferioridad en la que la mayoría de nosotras nos hemos educado, hemos intentado ganar poder, autonomía y orgullo en lo que somos. Todavía queda mucho por hacer, no solo en conseguir igualdad real de salarios, o lo que es más importante, acabar con las violaciones y feminicidios. Las mujeres trans no apoyan la violencia contra la mujer, sin embargo, su movimiento político sobre violencia contra las mujeres trans, lo único que hace es reducir el espacio de las mujeres para poder denunciar la violencia machista.
     ¿Existen distintas razas de seres humanos? Y, si es así, ¿cuáles son sus características? Claro que podemos decir las diferencias que vemos a simple vista entre distintas razas. Las mujeres normalmente a mí me parecen diferentes entre ellas, pero la única diferencia significativa entre hombres y mujeres son nuestros órganos reproductivos y ciertas diferencias físicas. Pero de lo que realmente estamos tratando es de que, además de ciertas diferencias fisiológicas, ¿hay algún modo de que un hombre se pueda convertir en mujer y viceversa? Si puedes poner o quitar un pene, ¿eso ya convierte a la persona en alguien con un sexo diferente al que tenía en su nacimiento? No lo sé, lo que está claro es que el asunto va más allá de la anatomía. La cuestión de género se trata de poder, y cuando la ideología de la mujer es inferior y la del hombre es superior, ese status codificado como 'género' se convirtió en la prueba de la superioridad legal del hombre, así como de la física.
     Me opongo a la ideología de género, del mismo modo que me opongo al racismo, pero hay personas que realmente se creen estos conceptos. Todos le damos un significado diferente a las palabras masculino y femenino, hombre y mujer.
     Yo, al igual que otras feministas, no criticamos el género, sino que rechazamos el concepto en sí. Creo que podemos llamarnos a nosotras mismas como nos dé la gana, ponernos lo que queramos, pero lo que es absolutamente necesario es la igualdad de derechos y status entre hombres y mujeres. Lo lógico sería pensar que las mujeres trans deberían considerarlo, pero, en general, lo que parece es que usan su privilegio masculino para decirles a las mujeres lo que quieren. Por mi parte, no voy a permitir nunca más que un racista me defina porque se crean superiores a mí, o que un hombre o mujer me obligue a aceptar un sistema de género que me oprime a mí y a la mayoría de las mujeres. He pasado la mayor parte de mi vida adulta luchando contra el racismo y reconozco los sistemas opresivos en cuanto los veo. Si me equivoco, demuéstrame lo extendido que está este nuevo fenómeno de reasignación de género.
     Lo que quiero decir es cuáles han sido los procedimientos aplicados a lo largo de los años, cuáles son las etnias que han podido participar en la reasignación de género. La impresión que tengo es que ha sido algo reciente, y solo para los de raza blanca.
     No odio a quienes están a favor de las prácticas y políticas trans, pero sigo siendo crítica con la idea de género. Tengo la esperanza de que la gente infeliz con la cultura de la masculinidad explore la posibilidad de desmantelar la idea de género por el bien de todos - hombres y mujeres, niños y niñas.

Traductora: Marina Liñán

Escrito por Linda Bellos, publicado en su propio blog el 1 de febrero de 2018




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