CÓMO EL TRANSGÉNERO SE HA CONVERTIDO EN EL NUEVO NEGRO

Presentación en el Parlamento del 31 de octubre de 2017


     Soy transexual: soy nacido hombre, he pasado por un tratamiento hormonal y cirugía para intentar vivir "como una mujer". Me gustaría dar las gracias al Primer Ministro David Davies por ser el anfitrión hoy, y a todo el mundo que ha estado aquí por su cercanía, su inclusión y por asistir. El asunto que tratamos hoy es más complejo de lo que parece, y tanto yo, como los otros hablantes estamos muy agradecidos de haber tenido la oportunidad de hablar.
    La complejidad del debate transgénero no se soluciona usando un lenguaje oscuro. Te daré algunas definiciones en uso, y después te explicaré lo que significa estar bajo el "paraguas transgénero".
   Nuestro sexo biológico es material, se basa en nuestro papel reproductivo. Como ocurre en otros mamíferos, las hembras producen óvulos, conciben y dan a luz a las crías. Los hombres producen espermatozoides, su único papel es fecundar a la hembra.
    Basándonos en la diferencia sexual, existe protección para las hembras, lo que permite que mujeres y niñas tengan espacios privados, protegiéndolas de violencia sexual y física y permitiendo así que participen en la vida pública.
    El género tiene distintas definiciones. A menudo se usa como sinónimo de sexo, cosa que debería evitarse, puesto que el género solo se basa en referencias y estereotipos culturales. Si dijéramos, por ejemplo, que los jugueteson género, diríamos que los coches, los dinosaurios y losets de construcción son para niños, y que las muñecas, los juegos de té y los disfraces de princesa son para niñas. No hay nada que indique que a las niñas no les gusten los dinosaurios, o que a los niños no les gusten los juegos de té. Son los estereotipos los que nos limitan.
   Esto se extiende a la ropa, los cosméticos y el mundo laboral: los trabajos con poder y mejor pagadose reservan a los hombres, las tareas de cuidados recaen sobre las mujeres. Los estereotipose unen para conformar los roles de género. Esto cambia con el tiempo y según las distintas culturas: la dicotomía de las niñas de rosa y los niños de azul cambió hace 50 años.
  Aunque el sexo biológico no determina la personalidad, los estereotipos culturales de género presuponen que sí, por ello dictan lo que podemos y no podemos hacer. 
   Los transgénero usamos la palabra "género" de forma distinta. La activista transgénero americana Julia Serano define el género como una colección de "identidades o clasesociales" basadas en el sexo o en el género sexual con el que la gente se identifica. Esto se conoce como "identidad de género".
    Esta identidad puede o no ser congruente con el sexo con el que has nacido. Dado que la "identidad de género" carece de base material, para expresarla hay que recurrir a estereotipos.
  • Para los machos que se identifican como mujer, estos consisten en ropa femenina, peinados, cosméticos y la adopción de una personalidad femenina.
  • Para las hembras que se identifican como hombres, ropa masculina, cortes de pelo, tatuajes y personalidad masculina.
     Por supuesto, no hay ningún motivo por el que una mujer no pueda llevar el pelo corto o tener una personalidad fuerte y asertiva, como Pink o Bridget Nielsen. No hay ninguna razón por la que un hombre no pueda llevar maquillaje y seguir siendo un hombre, como Boy George o RuPaul.
    Por lo tanto, la "identidad de género" es básicamente la forma en la que la personalidad de uno depende de los estereotipos basados en el sexo. La propuesta de cambiar laey para hacer que esta sea una característica protegida refuerza los estereotipos culturales y no protege nada más que sentimientos y pensamientos. No protege a los transexuales como yo, por ejemplo.
     El proyecto de ley creado para proteger los estereotipos de género es contraproducente: ¿por qué crear una nueva ley, cuando deberíamos celebrar la individualidad, reforzar la ley existente y permitir que cada persona sea ella misma?
     La identidad de género no tiene base científica, es un acto de fe. Y ya tenemos una característica protegida de la fe: la religión.
     El término "transgénero" ha venido a sustituir a lo que conocíamos como "travestidos", se ha convertido en un término paraguas. Muchos transexuales nos resistimos a ser incluidos en el término, pues las necesidades de muchos "transgénero" no tienen nada que ver con las nuestras. La existencia del paraguas transgénero es política, y cuestión de poder. Está arrasando en organizaciones que se crearon para ayudar a gays y lesbianas, por ejemplo GLAAD en EEUU y Stonewall en el Reino Unido.
     La política de ambas ha pasado de defender las relaciones entre el mismo sexo a preocuparse solo de la identidad personal. Esto presenta un conflicto, no solo de intereses, también de derechos: en el actual clima cultural, nadie puede atreverse a retar una frase como "las mujeres transon mujeres", y las lesbianas que no quieren salir con mujeres transgénero son tachadas de tránsfobas. Esto está muy documentado en la cultura transgénero, se conoce como "el techo de algodón". Es una consecuencia directa de la significativa proporción de "mujeres trans" a quienes les gustan las mujeres.
     Una lesbiana se siente atraída por una mujer del mismo sexo, no se siente atraída por los penes. El hecho de "ser mujer" por obra y gracia de la identidad de género permite que hombres con penese hagan llamar "lesbianas". Esto cambia la definición de homosexualidad.
     El Acta de Reconocimiento de Género de 2004 se basa en un proceso medicalizado. Es efectivo porque cambia el certificado de nacimiento, y protege, mediante el Acta de Igualdad, a quien se reasigna el género de ser discriminado. Los hombres reciben derechos de mujeres, que se extienden desde subvenciones a beneficios matrimoniales. 
    Entre 2004 y 2014, hasta el matrimonio homosexual, la única forma en la que dos personas del mismo sexo se podían casar era que una de ellase reasignara el sexo. Si hay un problema de desigualdad en la ley, deberían ser solucionado en lugar de crear más distorsiones injustas.
    Conceder a los machos derechos propios de las mujeres compromete la privacidad de estas. La autoidentificación se basa, únicamente, en la palabra del demandante, y tiene la potestad de eliminar toda privacidad para las mujeres, y afecta en particular a las mujeres con desventajas económicas, o víctimas de violencia machista.
     Tras la pubertad, los hombresuelen tener ventaja en fuerza, velocidad y talla sobre las mujeres, y esto se demuestra más en el mundo del deporte. Hay casos recientes de machos transgénero que dominan en los deportes femeninos. En EEUU, Rachel McKinnon ganó en un evento ciclista femenino, y corrió en un evento unisex. En Nueva Zelanda, el levantador de peso Laurel Hubbard ostenta el récord nacional femenino. El corredor de montaña Lauren Jeska dominó en la categoría femenina de este deporte.
     Los espacioseguros para mujeres existen, históricamente, porque sin ellos, las mujeres estaban totalmente excluidas de las áreas de la vida pública. No es descabellado pensar que esto puede ocurrir otra vez. ¿De qué forma es esto progresista?
     Aunque parece que el asunto transgénero es noticia cada día, hay muy poco análisis detrás de él.La etiología del comportamiento de género en los machos, sin embargo, ha sido objeto de estudio durante más de un siglo. Esto, una vez más, es algo que, debido al ambiente cultural, no es fácil discutir. 
    Esabido que los hombres que muestran comportamiento cruzado respecto a su sexo son divididos en dos grupos que son muy distintos. La tipología se basa en la orientación sexual, definida con respecto al sexo natal: homosexual (machosexualmente atraídos por otros machos) y no-homosexuales, predominantemente heterosexuales.
    Lo homosexual es femenino y se corresponde con lo que solía ser la imagen del transexual. El no-homosexual es de lo más masculino, y se corresponde con la imagen actual del transgénero. 
    La mayoría de "mujeres trans" son heterosexuales: machosexualmente atraídos por mujeres. Muchos no se someten a cirugía y siguen siendo, físicamente, machos. Estos hombres heterosexualesuperan en número, con creces, a los heterosexuales, y a menudo se "identifican" como "lesbianas".
     La etiología del transgénero heterosexual es compleja. Podría compararse con lo que sería una relación romántica entre un individuo y su idea de sí mismo como "mujer", se convierten en "lo que aman". Esto se conoce como autoginefilia, y es un tipo de orientación sexual dirigida a uno mismo "como mujer". Este componente erótico de los transgénero heterosexuales es reconocido desde hace más de un siglo. El patrón habitual sigue la ruta de vestirse de mujer, casarse, tener hijos, a menudo tener un trabajo típicamente de macho, como el caso de Caitlyn Jenner. Este grupo es el que domina la campaña para que los niños transicionen, a pesar de que un niño afeminado o una niña masculina puedan, perfectamente, convertirse de adultos en gay o lesbiana.
    Cuando veas a una mujer transgénero en las redes, a menudo descubrirás que está sexualizada. A muchas les gusta el porno anime, algunas ejercen la prostitución, y en general la cultura transgénero está a favor de la prostitución.
     No hay ni un solo estudio científico que desautorice la tipología del macho transgénero, y aun así, ninguno de los grupos de apoyo transgénero, o la Clínica Portman y Tavistock, que tratan con jóvenes transgénero, se refieren públicamente a esta tipología como tal.
    En 2003, el libro El hombre que iba a ser reina llevó la categoría de macho transgénero a la ciencia popular. El autor J. Michael Baily fue acosado, amenazado, y su familia e hijosufrieron abusos. El transactivismo se ha caracterizado desde entonces por acoso, abuso y continuo intento de silenciar el debate.
    El resultado de este abuso y bullying ha sido, recientemente, el incidente ocurrido en Hyde Park' Corner. Una mujer de 60 años fue atacada por 3 hombres. Este incidente violento fue la consecuencia de la deshumanización sistemática de las mujeres denominándolas TERF. 
   Muchas de izquierdas y liberales han sido etiquetadas como TERF, puesto que rechazan una ideología que se base en la fantasía. TERF se usa para condenar, acosar y coaccionar a las mujeres para que nieguen su propia experiencia de vida. Las deshumaniza, y las legitima como diana de abuso verbal y físico.
    Transicionar no es una vía de sentido único, hay quien ha decidido revertir la asignación de género, lo que se conoce como detransición. Cuanta más gente transicione, más detransiciones habrá. ¿Cómo hacemos, entonces, para que la gente pueda cambiar de género de manera sencilla por si se arrepienten? No soy antitransgénero, soy transexual. Pero afirmo la necesidad de reconocer la realidad material del sexo biológico. Una autodeclaración de género impacta de forma negativa en la libertad, la seguridad y la protección de las mujeres y niñas. Como transexual, la autoidentificación me priva de la protección por "reasignación de género".
     El público, incluyendo los políticos, no parece consciente de las complejidades de este tema. Hay un componente cultural que hace que el debate sea casi imposible, pues existen amenazas laborales y violencia física hacia quienes intentar hablar.
    Esto es la antítesis de lo que significa vivir en una sociedad libre y democrática. Los cambios propuestos al Acta de 2004 se nos venden como progresistas, cuando en realidad es una ley errática que defiende sentimientos y pensamientos. Tiene todo el potencial para destruir el deporte femenino, la privacidad de las mujeres y las iniciativas culturales y económicas del área de la mujer. Os ruego que votéis en contra de este cambio en la legislación.
 

Traductora: Marina Liñán

(*) Aunque el texto original es más largo, hemosuprimido los párrafos iniciales en los que Miranda cuenta cómo fue invitada a hablar en el Parlamento, y nos hemos ceñido a traducir, únicamente, su disertación en la Cámara.

Publicado en el blog de Miranda Yardley mirandayardley.com


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